miércoles, 4 de noviembre de 2015

Escuela para Padres

¿Cómo fomentar la autonomía e independencia en mi hijo?
Liliana Castillejos*

De qué trató:
La sesión tuvo como propósito ayudar a los padres a reflexionar sobre la importancia de fomentar el desarrollo de la autonomía en la edad preescolar pues, es una de las maneras a través de la que los padres podemos favorecer la confianza del niño en sí mismo y su crecimiento integral.





Etapa preescolar: periodo de transformación
El menor de los 3 a los 6 años experimenta cambios importantes a nivel físico, emocional, social y cognitivo que dan cuenta de su crecimiento. ¿Cómo entender tales cambios? Liliana nos sugiere revisar una teoría de desarrollo para tal efecto.

Etapas de desarrollo según Erickson
Erick Erickson elaboró una Teoría del desarrollo de la personalidad a la que denominó "Teoría psicosocial". En ella describe ocho etapas del ciclo vital o estadios psicosociales (crisis o conflictos en el desarrollo de la vida, a las cuales han de enfrentarse las personas):

Confianza vs. Desconfianza/ Esperanza
Autonomía vs. Vergüenza y duda/ Voluntad
Iniciativa vs. Culpa/ Deliberación
Laboriosidad vs. Inferioridad/ Habilidades
Identidad vs. Confusión de roles/ Fidelidad
Intimidad vs. Aislamiento/ Amor
Creatividad vs. Estancamiento/ Interés en los demás
Integridad vs. Desesperación/ Sabiduría

Iniciativa frente a culpa
Alrededor de los tres años y hasta los siete, los niños se imponen o hacen valer con más frecuencia. Comienzan a planear actividades, inventan juegos, e inician actividades con otras personas. Si se les da la oportunidad, los niños desarrollan una sensación de iniciativa, y se sienten seguros de su capacidad para dirigir a otras personas y tomar decisiones. Inversamente, si esta tendencia se ve frustrada con la crítica o el control, los niños desarrollan un sentido de culpabilidad. Pueden sentirse como un fastidio para los demás y por lo tanto, seguirán siendo seguidores, con falta de iniciativa.

Estilo de parentalidad y su relación con la autonomía
¿Cómo soy papá o mamá? Liliana invita a los presentes a responder a esta pregunta basados en la tipología propuesta por Baumrind:
·         Padres autoritarios: valoran la obediencia como una virtud. Utilizan medidas de castigo o de fuerza, y están de acuerdo en mantener a los niños en un papel subordinado y en restringir su autonomía. Se esfuerzan en influir, controlar y evaluar el comportamiento de sus hijos en función de unos patrones rígidos. El resultado es baja autonomía en los hijos.
·         Padres permisivos: dotan al menor de gran autonomía, siempre que no esté en peligro su integridad física. Se comporta de una forma afirmativa, aceptadora y benigna hacia los impulsos y las acciones del niño. Lo libera de todo control y evita utilizar la autoridad, las restricciones y el castigo. El resultado es baja autonomía.
·         Padres democráticos: intentan dirigir la actividad del niño, pero utilizan el razonamiento y la negociación. Tienden a dirigir la actividad del niño de una manera racional, partiendo de una aceptación de los derechos y deberes propios, así como de los derechos y deberes de los niños. El resultado es autonomía en los hijos.

¿Cuándo sabrá hacerlo?
3 años: Podrá verter agua en su tacita sin apenas derramarla (en el caso de que se salga también será capaz de limpiarlo con un trapo). Logrará abrocharse botones grandes. En la mesa ya podrá pelar sus plátanos y untar mermelada en un pan o galletas.
También pueden abrir botes o estuches, comenzar a aprender a lavarse los dientes, cepillarse el pelo, untarse crema, etcétera. Según avance en su desarrollo madurativo, hay que investigar nuevas metas, difíciles pero posibles y atractivas

4 años: Cuando se vista será capaz de abrocharse botones más pequeños, automáticos, y algunas cremalleras. Puede cortar frutas y verduras (siempre bajo supervisión), doblar servilletas y poner la mesa.

5 años: Las cremalleras ya no se le resistirán y aprenderá a atarse los cordones de los zapatos.

Para practicar en casa:
         Conocer a mi hijo. Haz una lista de los hábitos que ya domina y de los que le hace falta consolidar.
         Permitir que mi hijo(a) tome decisiones de acuerdo a su nivel de desarrollo. Haz preguntas con ilusión de alternativas: ¿qué playera prefieres usar hoy, la roja o la azul?, ¿prefieres ponerte primero el pantalón o la playera?, ¿quieres llevarte un galleta de avena o de chispas de chocolate en tu lonchera?
         Brindar un ambiente y relaciones seguras.
         Tener confianza en ellos y en nosotros, y mostrarlo. Da tiempo para que el niño intente hacer las cosas por sí mismo aun cuando el resultado no sea perfecto.
         Reconocer y respetar los sentimientos y habilidades de mi hijo(a)




Los asistentes opinaron:
“Aprendí  que necesito dar más tiempo a mi hija para que aprenda a vestirse y bañarse”.
“Aprendí que puedo dar más libertad a mi hija y respetar más sus opiniones”                           
                                                                                                         

*Es terapeuta infantil y docente en ITESO